Ha llegado el verano y con ello la temporada de piscina y playa y no se si te pasa como a mi, sacas tus trajes de baño de otros años y te das cuenta de que ya no están como recién comprados..
Sabemos que los bañadores son una pieza clave en nuestro armario de verano, y queremos que siempre estén en perfectas condiciones, así que hoy te traigo una guía completa sobre cómo cuidar un traje de baño para que te dure más tiempo y siempre luzca como nuevo.
¿Por Qué es Importante Cuidar tu Bañador?
Un buen bañador no solo te hace sentir increíble en la playa o la piscina, sino que también puede ser una inversión. Los trajes de baño de calidad no siempre son baratos, así que cuidarlos adecuadamente es esencial para mantener su forma, color y elasticidad. Además, siguiendo estos consejos, podrás evitar desgastes prematuros y asegurarte de que tu bañador te acompañe durante muchas temporadas.
1. Enjuágalo Inmediatamente Después de Usarlo
El primer paso para cuidar un traje de baño es enjuagarlo con agua fría inmediatamente después de salir del agua. Ya sea que hayas estado en la piscina o en el mar, el cloro y la sal pueden dañar las fibras del tejido si se dejan demasiado tiempo. Un enjuague rápido ayudará a eliminar estos elementos dañinos antes de que tengan la oportunidad de hacer estragos en tu bañador.
¿Cómo hacerlo?
Simplemente enjuaga el bañador bajo un chorro de agua fría durante unos minutos. No uses agua caliente, ya que puede hacer que los colores se desvanezcan y las fibras se debiliten.
2. Lávalo a Mano con Delicadeza
Aunque pueda ser tentador meter tu bañador en la lavadora, lo mejor es lavarlo a mano. La fricción y los productos químicos de los detergentes fuertes pueden dañar el tejido.
¿Qué necesitas?
- Agua fría
- Jabón suave o detergente para prendas delicadas
Procedimiento:
- Llena un recipiente con agua fría.
- Añade una pequeña cantidad de jabón suave.
- Sumerge el bañador y remuévelo suavemente.
- Enjuágalo bien para eliminar todo el jabón.
3. Sécalo Correctamente
Secar tu bañador de manera adecuada es crucial para mantener su forma y elasticidad. Nunca uses la secadora ni lo cuelgues directamente al sol, ya que el calor puede dañar las fibras y decolorar los colores.
¿Qué hacer?
- Exprime suavemente el exceso de agua sin retorcer el tejido.
- Coloca el bañador sobre una toalla seca y enróllalo para absorber el agua restante.
- Desenróllalo y déjalo secar en una superficie plana, preferiblemente a la sombra.
4. Evita el Contacto con Superficies Rugosas
Las superficies ásperas pueden causar roces y desgarros en tu bañador. Ten cuidado con las piscinas de borde rugoso, los bancos de madera y otros objetos que puedan engancharse en el tejido.
Consejo:
Lleva siempre una toalla contigo y úsala para sentarte en superficies que puedan dañar tu bañador.
5. No Uses Productos Químicos Fuertes
Evita el uso de productos químicos fuertes como blanqueadores o suavizantes. Estos pueden debilitar las fibras y hacer que los colores se desvanezcan.
6. Rota tus Bañadores
Si tienes más de un bañador (¡y seguro que sí!), es una buena idea rotarlos. Esto dará tiempo a que cada uno se recupere entre usos y reducirá el desgaste.
A mi, por ejemplo, me encantan los bañadores de Hunkemöller, tienen multitud de diseños y con una calidad excepcional.
7. Almacénalo Correctamente
Cuando termine la temporada de verano, guarda tus bañadores correctamente. Asegúrate de que estén completamente secos antes de guardarlos para evitar el moho y el mal olor.
¿Cómo hacerlo?
- Guárdalos en un lugar fresco y seco.
- Evita doblarlos demasiado para no crear marcas permanentes.
Espero que estos consejos te sean útiles y que disfrutes de tu bañador por muchas temporadas más 🙂